¡Oh luna, cuánto abril,
qué vasto y dulce el aire!
Todo lo que
perdí
volverá con las aves.
Sí, con las avecillas
que en coro de alborada
pían y pían,
pían
sin designio de gracia.
La luna está muy cerca,
quieta en el aire nuestro.
El que yo
fui me espera
bajo mis pensamientos.
Cantará el mi señor.
En la cima del ansia.
Arrebol, arrebol.
Entre el cielo y las auras.
¿Y se perdió aquel tiempo
que yo perdí?. La mano
dispone, dios
ligero,
de esta luna sin año.
Jorge Guillén
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